Se trataba de una hermosa ruta que mostraba a derecha e
izquierda, las construcciones de adobes, las cercas de madera o alambre, las
zarzamoras, los álamos y las enredaderas multicolores que colgaban desde las
añosas murallas.
La ruta exhibía el
paisaje de un pueblo rural y apacible donde a lo lejos se distinguían
cientos de bandadas de pajarillos , la quietud de una aldea provinciana, los escasos vehículos que transitaban,
especialmente carretones de carga y uno que otro campesino en su caballo o
caminando por las aceras de tierra.
Viniendo desde el poniente, aparecían las haciendas y los
fundos que convivían con una que otra casa de adobes.
Junto a la línea del ferrocarril, el “fundo El Carmen”.
Más acá, el fundo “Lo Zañartu”, “Las Parcelas”, “La Vuelta de
los ciruelos”.
De este modo se llegaba al fundo “Lo Cruzat” y al fundo “Lo
Marcoleta”
El fundo Lo Marcoleta era de los más antiguos de la Comuna.
Albergaba no más de veinte familias de inquilinos y en su
época de mayor esplendor cosechaba en gran cantidad el trigo, la cebada los
zapallos los melones y las uvas.
Desde la calle Matta se podía observar la entrada del fundo
que era un gran portón de fierro adosado
a una estructura de piedras.
Junto al portón, una frondosa
enredadera de flores rojas como pequeñas campanitas que asomaban desde la casa
patronal.
A la entrada del fundo, unos enormes olmos de tupido follaje, que mantenían
siempre el paisaje sombreado en inviernos y veranos.
Los trabajadores iniciaban su faena a las siete de mañana
cuando un riel de acero se hacía repicar como una campana, anunciando que había
que comenzar las labores,
A las siete de la mañana se abría el establo, se echaban a
andar los tractores y los inquilinos y campesinos recogían sus herramientas
desde una pequeña bodega junto al gran silo.
Los caballos se ensillaban y se preparaban los arados para
lo que sería una jornada de trabajo que sólo se detenía al ponerse el sol.
El Fundo se extendía por un gran callejón hacia el norte,
hacia un lugar denominado “María Esperanza”, donde terminaba en "pajonales" casi
inaccesibles.
La vida del campo era de mucho esfuerzo y las familias que
vivían en las chozas del fundo trabajaban sin descanso a cambio de un miserable
salario y de un techo que les cobijase.
La miseria, las injusticias, el sufrimiento y las desigualdades
eran manifiestos.
A la entrada del fundo y junto a las casas patronales se
levantaba un gran silo, que ciertamente despertaba las fantasías de los niños
del fundo y al que ellos no tenían
acceso.
El silo del fundo estaba destinado a secar y almacenar
el trigo y maíz.
También allí se depositaba el follaje de los animales, la
cebada y la alfalfa.
El silo era una estructura cilíndrica de cemento que tenía
una entrada única y que contaba con unos pequeños orificios de ventilación.
Para los niños y niñas campesinos el silo parecía enorme.
En ocasiones los niños del fundo se asomaban por alguno de
estos orificios y gritaban hacia el interior para escuchar el eco de sus voces.
En las noches de luna llena los niños solían jugar en la
explanada del silo aprovechando que la luna les servía de iluminación. Era
mágico escuchar sus rondas que rompían el constante silencio del atardecer:
“¡Qué quería su señoría, mandandirun dirun dan?
- Yo quería una de sus hijas mandandirun dirun dan
¡Y a cuál de ellas quiere usted mandandirun dirun dan?
-Yo quería a la Carmencita mandandirun dirun dan”
Los juegos de los niños, permitían que también sus madres se
acercaran hacia el silo donde comentaban acerca de sus quehaceres, mientras
quemaban las “bostas “de los animales para espantar con el humo,los miles de zancudos que
se dejaban caer sobre ellos.
En aquellos pocos minutos también los labradores
intercambiaban vivencias y comentarios. No había mucho de qué hablar, pero en
esos horas del anochecer se forjaban los pequeños sueños de la gente del campo.
La explanada del silo, era el lugar donde llegaban las
cabalgaduras y los bueyes, se reunían los carruajes, se guardaban las
herramientas y los tractores y el lugar donde el “Patrón “muy de vez en cuando
reunía a “los peones”.
La luna inmensa iluminaba el silo y el fundo y junto a ella,
ya cerca de las nueve de la noche cada uno volvía a sus chozas donde cambiaban
la plateada luz de la luna, por una vela que alumbraba la choza.
El fundo “Lo Marcoleta” tuvo su época de gran esplendor
entre los años cincuenta y sesenta. Desde allí se extraían los productos
agrícolas y la leche.
Además contaba con una gran cantidad de ganado y animales.
Dejó de existir al inicio de la década de los años setenta, como todas esas haciendas, cuando vino la
reforma agraria y los terrenos en muchos casos fueron expropiados para ser
urbanizados.
Extrañamente el silo permaneció allí y hoy se encuentra
rodeado de villas y pasajes.
Tal vez muchos niños y vecinos de hoy lo miran con una
cierta interrogante, sin comprender mucho la historia que anida y los recuerdos
y nostalgias que significa para los antiguos lugareños.
Hola Mario...me encanta este silo y la verdad, no sabía nada de su historia. Tu blog está muy completo; me pregunto por qué nunca se la da la relevancia que merece en el aspecto histórico.patrimonial de Quilicura. Le pega "tres patadas" a lo que publica el famoso CENPHA, que apenas pasó a manos municipales quedó en puro tollo. Desgraciadamente, esta tierra que tú tanto amas, vive a merced del capricho político de turno, y no logra crear conciencia cívica en mayoría de sus habitantes, quienes votan y eligen por inercia o mezquino interés propio.
ResponderEliminarYo, confieso que aún gustándome mucho la historia de Quilicura, no me puedo acostumbrar a su retraso cultural.
En fin, sin perder el norte del comentario: muy bueno tu aporte!
El Magnolio de la calle San Martin de Quilicura, frente a unas viejas bodegas con subterraneo donde reposaban los barriles de chicha y vino, hace más de doscientos años se plantó un magnolio grandiflora, árbol de los pantanos tropicales de América. ¿Qué viajero o extranjero trajo la semilla desde tierras lejanas (Por suerte en esos años no existía el SAG)y el árbol fructificó y todas las primaveras por siglos nos ha brindado sus preciosas flores, es un monumento viviente y evidencia que nuestro pueblo chileno es muy civilizado, muy generoso y desinteresado. Este Árbol que es el magnolio más grande de Chile debe ser catastrado y protegido por la comunidad y el estado, al igual que todos los árboles centenarios que quedan en Santiago. Son Monumentos históricos vivientes que no pueden ser derribados como el viejo olmo que había a la entrada de Lo Castillo que tenía más de doscientos años y que botaron para construir un estacionamiento y un Supermercado Jumbo.
ResponderEliminarMuy hermoso su comentario acerca del Magnolio.
EliminarEn efecto por años ha entregado en forma gratuita sus hermosas flores, y se ubicaba en lo que era la antigua calle del fundo Santa Luisa que nos conectaba con la Familia Escobar dueños de ese predio y que fueron los que pusieron ese árbol florido en década de los años cincuenta.
Muchísimas gracias por sus comentarios y por leer estas crónicas, en verdad son el único patrimonio que nos queda y que yo me he hecho un deber el rescatar.
hola! donde especificamente se encuentra ese magnolio, me encantaría concerlo...
Eliminarsaludos! y muy entretenido el blog
Hola me darias la direccion exacta del silo
ResponderEliminaren tu culo
EliminarEn tu culo está el oyo maldito hijo del diablo vida para ti
EliminarHola sigo sus historias de quilicura hace rato. Aun existe ese magnolio donde esta específicamente????.
ResponderEliminarSoy cde maipu.y m fascina el recuerdo y nostalgia por la tierra primera
ResponderEliminarQuilicuraantigua,q hermosura
ResponderEliminarHoy Quilicura que locura.
Los hombres y el progreso nos mata poco a poco!
exacto , hoy Quilicura parece otro país , lamentablemente
EliminarMe pueden dar la dirección?
ResponderEliminarEl silo está ubicado en una plaza que se encuentra en Av. Matta con Pedro Lira
EliminarY como olvidar aquel aroma a chicha cocida apenas entrábamos a la comuna y pasábamos la línea del tren , ese aroma que te deleitaba los sentidos
ResponderEliminarMuy interesante la historia de esta comuna. Me ha encantado. Un grupo de profesoras del colegio Luis Cruz Martinez está dando a conocer en minutos todos los viernes en la radio Nueva Quilicura 106.5 a las 17 hrs aprox. acerca de Quilicura y esta información servirá de mucho. Gracias.
ResponderEliminarEn el Archivo Nacional ví unas escrituras de c.1780 donde un sr. Cruzat adquiere 300 cuadras en Quilicura a la sra.Verdugo viuda de Vargas ( si no revuerdo mal) siendo este sr. Vargas "abogado de la Real Audiencia " , estaban emparentados con los Carrera Verdugo.
ResponderEliminarAlguien sabe cuando empezaron la crontrusion del silo?
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