9/9/14

AL INICIO DE LA DÉCADA DE LOS 90, SURGE LA PRIMERA RADIO DE QUILICURA



Al promediar los años 90, una gran efervescencia  juvenil  se dejaba notar en nuestra comuna.
Por alguna razón social, numerosos grupos de adolescentes y jóvenes se reunían en diversas instancias.
El deporte, que hasta hace pocos años, en nuestra comuna,  era el nutriente de participación juvenil, especialmente el fútbol, daba paso ahora a otro tipo de manifestaciones.
Se abría un nuevo abanico que daba acceso a diversas instancias de participación juvenil  y ya no sólo era el fútbol  lo que motivaba a los adolescentes y los jóvenes.
Ahora, la presencia activa venía a través de los grupos parroquiales que se multiplicaban cada día.
Pero no solamente la conjunción de los jóvenes se realizaba en la parroquia. Había también otras posibilidades para que la juventud se reuniera.
Estaban las organizaciones sociales, los partidos políticos, los proyectos extra programáticos de educación, las organizaciones juveniles municipales, las Instituciones de beneficencia.
Los proyectos educativos se habían diseñado con un carácter de asistencialidad en consideración a las restricciones económicas pos dictadura. Sin embargo  adquirieron una inusual fuerza de participación juvenil que terminó propiciando actividades permanentes de solidaridad entre la juventud. De allí surgirían los líderes juveniles que años más tarde estarían al frente de las decisiones comunales.
En la década de los noventa la comunidad nacional había salido de una dictadura militar  y se gestaba el reencuentro con la democracia que por tantos años había permanecido exiliada de nuestra vida cotidiana.
Eran ansias de participación y un abanico de posibilidades para que la sociedad generara sus nuevos espacios.
Quilicura comenzaba un vertiginoso cambio demográfico que transformaría para siempre la imagen  de un pueblo rural dedicado a la agricultura.
Las antiguas casas y casonas de adobe dieron paso al cemento y a las nuevas villas que se establecieron en todos los sectores de lo que fue el antiguo Quilicura.
Los sectores que por muchos años definieron nuestra geografía y que los vecinos denominaban: “el pueblo”, “san Luis”, “lo Campino”, “las Parcelas”, “la Estación”  “lo Zañartu”, dieron paso a otros  barrios.
Estos barrios tradicionales y antiguos se trasformaron en nuevas villas que trajeron grandes cantidades de habitantes de diversos orígenes y que transformarían la idiosincrasia y la identidad de nuestra comuna.
En menos de una década, la población de Quilicura varió de 35.000 habitantes a 80 o noventa mil.
Las villas se multiplicaron.
Los antiguos vecinos vieron como aparecía en la comuna un “nuevo quilicurano”.
La plaza de la comuna que solamente tenía un carácter ornamental se transformó en estos años en un lugar de encuentro, especialmente en los primeros horarios de la noche, instantes en que convergían grupos de jóvenes a conversar o a participar de las en ciernes  batucadas.
Al promediar la década de los noventa eran muchos jóvenes los que tenían esta necesidad de comunicación y canalizaban sus inquietudes.
Una novedosa actividad dio respuesta a esta necesidad.
Un grupo de jóvenes al amparo de los proyectos del municipio instalaron una radio comunitaria en la plaza de Quilicura. El formato era de gran simpleza. Se escuchaba música y se participaba en concursos.
Un grupo de muchachos cada día instalaba unos simples equipos de sonido y desde una gaceta se enviaban saludos y se dedicaban los temas musicales.
Los jóvenes denominaron esta experiencia como “radio Plaza”.
En aquel tiempo las emisoras del dial no otorgaban espacios a las emisoras  comunitarias.
No existían aún.
La radio “plaza”, emitía su programación a partir de las 20.00 horas y coincidía con el término de la estación invernal por lo que tenía una gran calidez y una creciente presencia de jóvenes.
Jóvenes y muchachas se reunían en los pasillos, en los jardines, en los escaños y disfrutaban una o dos horas de programa entre risas y cantos. Los vecinos presenciaban con mucha simpatía la nueva experiencia juvenil.
Por una casualidad, un día por la tarde, el párroco que transitaba por la plaza escuchó la música y los saludos.
Ese fue el trampolín para que la radio se trasladara a la parroquia.
A poco andar en el dial aparecía la flamante radio Quilicura.
















"Canada's sound" orquesta tropical de la Escuela Canadá


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