La reforma agraria
En el año
1959, al ascender a unos de los cerros de Quilicura, desde la cumbre se podía
distinguir la extensión de sus terrenos y el color de los árboles y el campo.
Al dirigir
la vista hacia norte se divisaban nítidamente las casas del pueblo y sus
tejados y techos de zinc.
Era un
villorrio pequeño de construcciones de adobe, que no se extendía más allá de
unos tres o cuatro kilómetros.
A lo lejos, en la línea del horizonte, se recortaban los cerros de la comuna de Colina que
parecían recobrar vida propia, con sus tonos verdes y amarillos.
Al mirar
hacia el poniente, el campo se exhibía en todo su verdor y era muy fácil visualizar
los sembrados en pequeños predios, de acuerdo a lo que los campesinos
habían trabajado.
Los surcos
estaban dibujados y hasta se podía observar el pequeño arroyuelo que regaba
las hortalizas.
Al
contemplar el paisaje hacia el poniente, lo que se distinguía era el llamado “Fundo
Lo Echevers”, un enorme espacio verde que dominaba todo el paisaje hasta donde
se perdía la vista.
El fundo
tenía como límite la ladera del cerro donde un camino rocoso y pequeño
serpenteaba la falda y por allí los deudos caminaban hacia el cementerio local.
La
extensión del camino hacia el cementerio era algo así como dos kilómetros; sin
embargo, el fundo iba mucho más allá de eso, hasta encontrarse con el límite de la localidad de Renca.
Era el
fundo Lo Echevers, un enorme espacio verde que la vista no contenía de una sola
mirada.
Tenía algo
de misterio, pues sus accesos estaban protegidos con árboles y zarzamoras y en
el interior una naturaleza casi virginal se descomponía en múltiples especies.
La
vegetación era exuberante, lo que convertía ese lugar en un espacio de frescura
natural donde el calor parecía no llegar.
Eran infinidad de árboles los que circundaban el
largo perímetro y que se multiplicaban y crecían ilimitadamente.
Los niños
escolares de la época tenían la posibilidad de recorrer la intimidad del fundo,
porque cada año durante el mes de octubre existía una fecha denominada “El día
del juego y la recreación “. Ese día la única Escuela del “pueblo”( 165 ),se
trasladaba completa hacia ese lugar y los niños podían jugar y recorrer por los
rincones de sus parajes.
Sin duda
que entre álamos y sauces, los más altos y frondosos eran la gran cantidad de
eucaliptos que aromatizaban el lugar y provocaban un silbido mágico cuando venía la brisa.
Las chozas
y las construcciones eran poquísimas, o probablemente habían sido levantadas en
alguno de los sectores hacia el camino del “Noviciado”, que se encontraba hacia
el valle del Mapocho.
El fundo Lo
Echevers era muy extenso, sin embargo no era el único, porque en Quilicura
había otras haciendas tan grandes como esta, alguno de los más emblemáticos lugares fueron el Fundo “Lo Marcoleta”, el fundo “Lo Cruzat”,
el fundo “Lo Ruiz”, el fundo “San Luis”.
La vida en
el campo era muy simple.
El dueño
del fundo dominaba su gran hacienda y contaba con tierras, herramientas, carruajes,
animales y trabajadores.
Los
trabajadores eran inquilinos a los que se les asignaba una choza, una rancha,
para que durante su vida, ellos y sus hijos hicieran producir la tierra con
todo tipo de productos. Estos productos eran comercializados en grandes centros
de distribución y de este modo se
acrecentaban los bienes y las riquezas de los dueños.
En
Quilicura la tierra era muy fértil y las cosechas de zapallos, melones y
sandías eran de gran connotación.
Sin duda
que las verduras eran las de mayor producción, pero al mismo tiempo eran las siembras
y cosechas que acrecentaban las miserias de los campesinos y trabajadores.
Los
inviernos eran inclementes y el apio y otras verduras debían de cosecharse a
veces en medio de la lluvia o las heladas.
El
campesinado no reaccionaba frente a este hecho, porque la vida ya les había
enseñado que se nacía pobre o rico, débil o poderoso.
Nadie podía
sobreponerse a esta situación, la vida
del campo tenía sus reglas de supervivencia y al menos antes de los años
sesenta, a nadie se la habría ocurrido reaccionar a este tipo de vida.
Los
inquilinos y campesinos pertenecían al eslabón más pobre de lo que era la
sociedad Chilena.
Los hijos
que nacían seguían viviendo en el campo y el ciclo se repetía.
La tierra
estaba en manos de unas pocas familias chilenas que habían creado grandísimas
fortunas.
El fundo de
lo Echevers pertenecía a una de estas familias:
La familia
Vergara Echevers.
![]() |
José Francisco Vergara Echevers |
La familia
Vergara disponía de haciendas en la localidad de Viña del Mar, donde fueron
fundadores y gozaban de una refinada vida cultural y social.
La vida en nuestro
país, estaba organizada con un modelo de
latifundios y muy pocas personas podían darse cuenta de las enormes injusticias
y desigualdades que existían en la cotidianidad de la vida.
Los
gobiernos locales se sucedían bajo las mismas condiciones, alternando las
Alcaldías, de tal modo que nuestra historia sólo registra apellidos vinculados
a los grandes terratenientes.
Lo mismo
ocurría en el Gobierno Central, donde se sucedían los presidentes emanados de
los partidos más conservadores de Chile.
No estaba en el proyecto de ningún partido,
remover los cimientos de la política que
obviamente favorecía y estimulaban la riqueza de la oligarquía.
En el año
1960 un aire de cambios y de movilidad social despertaba la conciencia de los
pueblos del mundo.
Aunque
nuestro país, geográficamente al igual que hoy, se encontraba aislado, de una
manera muy sutil e inocente también recibía los ecos que llegaban desde las
otras latitudes del mundo.
En el año
1964, se produjo un hecho político que alteraría de una manera u otra los
cimientes de la sociedad Chilena.
Ese año en
el mes de septiembre, fue electo como Presidente de Chile el Señor Eduardo Frei
Montalva, quien había propiciado una “Revolución en libertad” como alternativa
a la propuesta de los partidos de la izquierda, que merced a muchos años de
lucha, habían logrado insertar la palabra “revolución” en los modelos de la
política.
La
revolución en libertad tenía como propuesta central la reforma agraria que se
traducía en el eslogan “la tierra para los trabajadores”.
Los grandes
terratenientes y los latifundios temblaron, porque el proceso esta vez si que
parecía irreversible. Los políticos de la derecha habían sido derrotados y un
clima de justicia clamaba desde la tierra.
En menos de
dos años se habían establecido cientos de pequeñas cooperativas de campesinos y
se había organizado el movimiento de los agricultores.
Todo giraba
en torno a los Asentamientos.
Lo que se
propiciaba en esos días era la expropiación de los latifundios y se les
entregaba la tierra a las cooperativas
de trabajadores agrícolas organizados. Este inmenso movimiento fue conocido
como la CORA ,
Corporación de la reforma agraria.
Los fundos
comenzaron a ser expropiados.
En
Quilicura esto no fue la excepción.
Existió una
organización de agricultores y campesinos que conformaron la cooperativa
agrícola y que orientados por abogados y políticos no demoraron mucho en hacer
propias las propuestas del Gobierno de Eduardo Frei.
Surgieron
los Asentamientos.
Uno de
ellos fue el Asentamiento de Lo Echevers
En todo
proceso se producen injusticias y la
mano de la mezquindad se hace presente.
Viejos campesinos que trabajaron desde su infancia
en las condiciones adversas de la tierra y de la sociedad, quedaron marginados
de los beneficios de la CORA.
Así ocurrió
en Quilicura.
Pero la
reforma siguió adelante y el fundo de lo Echevers fue expropiado entre los años
1965 y 1966.
Fueron
parcelados sus terrenos y los trabajadores de la tierra y sus familias,
iniciaron una nueva vida.
En el año
1967 una extensa franja del Fundo, hacia el norte fue transferida a la llamada
“Operación Sitio” y allí se instalaron cerca de 400 familias.
Junto con
la reforma agraria, el otro gran proyecto social de la época era “Una vivienda
digna para los chilenos”. Esta acción del gobierno se traducía en la búsqueda
rápida de lugares para establecer centros poblacionales.
Una de las
estrategias sociales era la “operación sitio”, que organizaba a pobladores “sin
casa”, en grandes asociaciones y sindicatos.
Es de este
modo que surge la Población María
Ruiz Tagle, hoy conocida como “El Mañio”.
Lo que no
se efectuó en decenas de años, se estaba realizando en no más de un lustro.
A fines del
año 1968, el fundo “Lo Echevers” ya había dejado de existir y la mirada desde
el cerro de Quilicura, dejaba ver ahora un sinnúmero de pequeñas parcelas y en cada una de ellas, se había levantado una
pequeña casa.
Parte de lo
que ayer era un predio agrícola se cubrió de pasajes y calles con la nueva y
pionera población.
Lo que el
progreso traería años después, como todas las cosas, era impredecible.
Efectivamente el fundo Lo Echevers fue expropiado por la CORA, o mas bien, fue un Robo Legal.
ResponderEliminarVarios años antes de ser expropiado este campo, las 500 hectáreas que poseía originalmente el fundo, habían sido subdivididas en parcelas de 40 hectáreas. Posteriormente comercializadas y cada una de ellas tenían distintos propietarios. Sin embargo, la Reforma Agraria, argumentaba que los todos los campos de gran exención y mal trabajados serian expropiado, situación muy por el contrario a la que presentaban estas tierras. Los propietarios de estas parcelas en esa época, ex fundo Lo Echevers, dieron una dura pelea legal por años, para que no les quitaran sus campos. El Gobierno con tal de conseguirlo, debió hacer varios cambios en los estatutos legales, hasta lograr su objetivo.
Una ves consumada la expropiación, el Gobierno pagó a sus propietarios valores irrisorios, y de la forma en que ellos quisieron, es decir, a les pagaron a 30 años plazo, a través de Bonos de la Reforma Agraria en valor fijo, que se cobraban solo una vez al año. Por esto es que se le llama el Robo Legal.
Después de expropiadas las parcelas del ex fundo Lo Echevers, estas fueron subdivididas en parcelas mas pequeñas, de 14 hectáreas cada una, y repartidas entre algunos campesinos. Lamentablemente a estos pequeños agricultores, no le entregaron los recursos necesarios para trabajar sus tierras, las herramientas y el conocimiento necesario para administrar su trabajo agrícola. Al poco tiempo, esta situación los obligó vender sus parcelas a muy bajo precio, por no contar con lo necesario para ejercer sus labores de campo. Transformándose luego el Fundo Lo Echevers, en una zona Industrial.
Esta fue la Gran Reforma Agraria impulsada por el Gobierno de Eduardo Frei Montalva.
La reforma agraria respondió al resentimiento, malaleche y al bajo ADN de este pueblo y su casta de pungas. La refornma agraria usurpo 1.200 fundois hasta Allende, y desde 1073 hasta 1980 "la banca" se apropió de 8.000 fundos, los chilenos tocamos fondo y los milicos tocaron fundo.
Eliminarhola me interesa comunicar con usted para hacerle una entrevista de una pagina informativa
EliminarHa sido un gusto encontrar este blog. Interesantes los post y los comentarios. Sigo leyendo. Saludos
ResponderEliminarQue Interesante información e historia de ese lugar, llegué a este blog porque lo Google al ver un anuncio en el diario que indica que el lugar se declarará en abandono y quedará a disposición de la comuna de Quilicura y refieren al ex Fundo lo Echevers, si no llegan los propietarios y/o comuneros a reclamar el patrimonio se aplicarán disposiciones de la normativa vigente. Probablemente las generaciones herederos de esos lugares desconocen su nexo, bueno la historia es de esfuerzo y política, lo que se realice en el lugar que sea en pro del bien común.
ResponderEliminarTododa buena eidea es dable, pero la forma tipia que es "a la chilena", refleja mucho lo dicho por los anteriores comentarios. La no capacitacion de los nuevos dueños, no facilitar recursos para herramientas y semillas. Hay que recordar que el latifundio era una forma solapada de esclavitud, donde se explotaba al campesino y su familias, donde no existia seguridad social, salud y menos codigo laboral.
ResponderEliminarDonde se trabajaba desde muy de la madrugada, hasta la caida del sol, sin defecho a reclamo, donde el patron era la autoridad maxima y que este aplicaba su propia ley. El hijo quedaba sujeto al tabajo infaltil desde que ya podia ayudar en algo a sus padres, y si su padre se enfermaba y no podia cumplir en trato de vivir y trabjar en el fundo, heredaba a su hijo el contrato y pasaba a reemplzar al padre..
Creo fue buena con sus pro y contra, pero malo porque esos terrenos deberian haber quedado hasta hoy en los poder infelices y maltrados inquilinos vejados por esa oligarquia chilena.
Los que gaaron fueron los bancos y personas vivas que vieron ignorancia y adquirieron esos campos, y despues usufructuar con esa tierras, como diamantes de sangre....
Hoy,lo Echevers,fundo de una familia chilena,expropiado por la " innombrable Cora",esta abandonado y es el fruto de la expropiación; se lo regalaban a gentes que no tenían idea de la tierra ni como cultivarla...la "Gran Política Agraria del la DC y que entregó en bandeja al "chicha Allende"... nada más
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